sábado, 12 de diciembre de 2009

Absurdas idioteces

Absurdas situaciones, absurdas obligaciones, absurda rutina, en fin, absurdas idioteces. Absurdas idioteces, absurdas, pero siempre necesarias, porque sin ellas nos sentiríamos vacíos.

Aunque en ocasiones nos sintamos hartos de todo, nos agobiemos, deseemos que nos dejen en paz, que nos olviden, en el fondo sabemos que no es verdad. Porque cuando consigues, por fin, librarte de ello sientes un vacío en tu interior que no sabes cómo llenar, puedes llegar, incluso, a anhelar aquella rutina que maldecías cada mañana al despertar.

Y cuando menos te lo esperas, aparece un pequeño rayo de luz y, por pequeño que sea, te devuelve la ilusión. Una llamada de un amigo con el que hace siglos que no hablabas pero parece que no haya pasado el tiempo entre vosotros, descubrir a un admirador secreto o ese feeling que sientes cuando te presentan a una persona con la que conectas de inmediato y tienes la sensación de que es el principio de una bonita amistad.


Habrá días en los que sientas que puedes hasta volar, la felicidad te embriagará y no podrás deshacerte de esa sonrisa que se dibuja en tu cara; para ti todo será bonito porque ese día te sentirás la persona más feliz. Otros días, sin embargo, sentirás desde que despiertas la sensación de que nada va bien, sólo soñarás con acostarte de nuevo, con que mañana sea un día mejor. Al fin y al cabo, es inevitable, unos días te sentirás mejor, otros, peor.

Pero bueno, amigos, todo esto es el curso de la vida, que aunque intentemos analizarlo y creamos saberlo todo de él, lo bueno que tiene es que nunca dejará de sorprendernos.


1 comentario:

  1. ¿que hario yo sin mis estupideces diarias? las necesito :)

    ResponderEliminar